"Una vez que las nubes se disipan, que los cañonazos cesan, queda la voz. Una voz eterna, a la intemperie, sin tiempo; esa voz tiene la potencia, y el acierto, de ser un acto íntimo de los hombres: el momento eterno en que pueden reconocerse como tales. Contradictorios y llenos de vida. Ahora, si ensayo unas reflexiones sobre Patricio Eleisegui, premedito que es precursor de Kafka, Arlt o Lamborghini. Y si no me equivoco, creo que él es fundamento de esas literaturas anteriores, y si él no escribiera 'Nubes de polvo sopladas a cañonazos', ellos, irremediablemente, no tendrían para qué existir. En lugar de andar a los tumbos, como otros escritores, deambulando en las letras actuales como heridos de muerte todo el tiempo, el autor elige y en sus elecciones, alumbra." (Nicolás Correa)
Nubes de polvo sopladas a cañonazos_P. Eleisegui
Ficha técnica
_autor: Patricio Eleisegui
_arte de tapa: Federico Villarino
_imagen de tapa: sin título / (90), óleo y aerosol sobre tela, 100 x 80 cms., 2012.
_sin isbn / formato: 9x12,5 cms. / 96 pp. / 2013
Sobre este libro
Este libro, como todos los de la Expo, puede comprarse en papel o leerse, compartirse, descargarse en versión digital de manera gratuita.
Patricio Eleisegui
10 de abril de 1978. Me crié en el mejor lugar del mundo: Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires. Fui monaguillo, ayudante de panadería, caddie en un club de golf, lustrador de muebles, repositor en un supermercado, vendedor de rifas, y creador de crucigramas para niños. Hice cimientos, ayudé a levantar paredes y techar, pinté casas. Acumulo cientos de kilómetros de viajes a dedo y fue ahí que perfeccioné mi oficio como cebador de mates. Estudié Ciencias de la Comunicación, quise ser periodista, un día me desperté y ya era editor en un diario económico de Capital Federal. Otro día escribí una novela y a los pocos meses terminé siendo finalista del Premio Clarín Alfaguara 2011. Al año siguiente, me volvió a pasar lo mismo. Tampoco gané. Publiqué relatos en las antologías 12 Rounds, Cuento raro, y Charco negro. Escribo sólo cuando creo tener una buena idea, y eso pasa casi nunca. Soy el padre de Nelson, el mendigo investigador, aunque a veces cometería filicidio. Suelo verme como un historiador frustrado. Hay quien dice que pude haber sido un muy buen guitarrista, pero la realidad es que escribir me cuesta menos y por eso terminé dejando la música. Boxear en el Almagro Boxing Club, uno de mis placeres. Tengo un blog sobre serpientes de la Argentina, me interesan los eventos más violentos de la historia universal, y sueño con envejecer en la selva colombiana.
Federico Villarino
Nací en Buenos Aires el 2 de abril de 1978. Estudié Pintura en la Escuela de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” hasta el año 2002. Realicé clínica de obra con Fabián Burgos (2006-2007) y Esteban Álvarez (2009). En 2006 gané el Premio Faena de Artes Visuales con el proyecto Aparición. Algunas de las muestras individuales que realicé fueron: Hasta que el sol desaparezca (Jardín Oculto, 2010); Estrella Triángulo (Jardín Oculto, 2009); Medianoche (El Aleph, 2008). Participo en muestras colectivas desde 2002, algunas de las cuales fueron en Fundación OSDE (Barro del Paraíso, 2011), La Fábrica (Mostro, 2011), Rayo Lazer (Muestra Aniversario, 2011), Chez Vautier (El diorama del mundo, 2010), Iván Rosado (2010), Ruth Benzacar (Talismán se busca II, 2009), Palais de Glace (Proyecto Circular, 2009), VVVGallery (“ ;) ”, 2008), Isidro Miranda (Jóvenes pintores, 2008) y Belleza y Felicidad (Colgada, 2006).
Más información en: www.federicovillarino.com.ar
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