“Escuchó algunas palabras, pero no pudo distinguirlas, ni quiso: volteó la cabeza y cerró los ojos. Pensó en piletas frescas y playas llenas de un sol que no quema sino que acaricia. Distinguió: sí, sí, te amo, sé que te amo. Alguien lloriqueaba, o sollozaba, o reía, y todo lo que quería hacer Ferro era dormir. Cerró fuerte los ojos. El sol acariciaba los rulos rubios de Chicho, sus hombros redondeados, su panza peluda. Chicho corría tras Barbi: hundía los pies en la arena. Ella se acercaba a las olas transparentes y espumosas: sonreía y sus bigotes parecían húmedos. Te quiero, mi enano lindo. Te quiero, mi mujer barbuda. Y después: Barbi, querida, el mundo va a ser de oro y miel y nada va a valer nada, y ahí no hay tipos como nosotros sino que todos son tipos como nosotros.”
Inventario de la derrota_Agustín Montenegro
Ficha técnica
_autor: Agustín Montenegro
_arte de tapa: Marcos Mangani
_imagen de tapa: Aire, cianotipo sobre tapa de libro, 17,5 x 22,5 cms., 2012.
_sin isbn / formato: 9x12,5 cms. / 96 pp. / 2014
Sobre este libro
Este libro, como todos los de la Expo, puede comprarse en papel o leerse, compartirse, descargarse en versión digital de manera gratuita.
Agustín Montenegro
Mi nombre es Agustín Montenegro. La literatura aristocrática tiene que morir definitivamente, y por la guillotina. El dandismo es simpático, pero no es revolucionario. La práctica literaria es el debate por la forma que hace una grieta en la realidad. La división entre crítica y literatura es el disfraz que se pone el escritor burgués para no tener la vieja culpa. El gesto político de la literatura actual es posmoderno: la verdadera acción política es moderna. La literatura no es una acción política por inercia: hay que quererla así para que lo sea. La lucha es, entonces, entre el dandismo que se pretende populista y la literatura con conciencia de lo estético, de lo popular, de la realidad. Y sí, la hermosura y el fragmento y el dolor son siempre parte del asunto. Por ahí anda la diferencia entre la literatura y el panfleto.
Trabajo como traductor y estudio Letras en la Universidad de Buenos Aires. Participo del grupo de literatura y crítica literaria Las lecturas junto a Florencia D’Antonio, Nicolás Correa, Germán Solero y Juan Millonschik.
Marcos Mangani
Mi primer nombre es Leonardo, pero nadie me llama así. Marcos Mangani me sienta mejor. Nací el 21 de abril del 90 en la calle Chiclana. Desde chico tuve muy marcada mi inclinación artística. A los 13 decidí que quería ser artista y a los 15 inicié mi producción. Me siento afortunado de tener muy en claro mis intereses desde chico. Hoy no puedo hacer otra cosa, el arte atraviesa mi vida.
Exploro lugares desconocidos, no busco el confort. La incomodidad me mueve y el deseo me transporta. Soy súper inquieto y constantemente estoy ávido de conocimiento. Trabajo con diferentes medios y técnicas, dibujo, fotografía, performance, video, etc. Me inquietan ciertas cuestiones ligadas al paso y el registro del tiempo, por eso, hace cuatro años que realizo una investigación acerca de materiales fotosensibles. Desde hace unos años empecé a exponer. Mi trabajo se ha mostrado en diferentes espacios, tanto formales como no formales, como Galería Kiosco (Bolivia), Espacio Cientouno (Colombia), Galería ArtexArte, Centro Cultural Recoleta, Teatro Argentino de La Plata, Fondo Nacional de las Artes, entre otros.
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